La levadura biológica y su importancia en la panificación

Tabla de Contenido

  • Levadura fresca: Se comercializa en bloques de 500 g a 1 kg y es la más utilizada en panadería tradicional.
  • Levadura seca activa: Se presenta en gránulos y debe hidratarse antes de su uso.
  • Levadura seca instantánea: Se puede agregar directamente a la harina sin necesidad de activación previa.
  • Levadura líquida: Más común en la industria por su facilidad de dosificación.
  • Levadura criorresistente: Utilizada en masas que requieren congelación.
  • Aspecto: Debe ser lisa y uniforme, sin costras.
  • Color: Crema o marfil, sin tonos marrones o rojizos.
  • Olor: Característico de levadura, sin olores ácidos o desagradables.
  • Textura: Maleable, que se desmenuce con facilidad.
  • Plasticidad: Debe poder diluirse sin formar grumos.
  • Fermentación: Genera CO2 que expande la masa, dándole volumen.
  • Textura: El gas producido estira la red de gluten, creando una miga aireada.
  • Sabor y aroma: La fermentación libera compuestos que mejoran el perfil sensorial del pan.
  • Coloración: Aporta el tono dorado característico de la corteza mediante la reacción de Maillard.
  • Panes tradicionales: Como el baguette y el pan de campo.
  • Panes enriquecidos: Como la brioche y el pan de leche.
  • Masas laminadas: Como los croissants y el Kouglof.
  • Postres fermentados: Como el savarin.
  • Levadura fresca: Mantener entre +3°C y +7°C, con una vida útil de hasta 3 semanas.
  • Levadura seca: Guardar en un lugar seco y hermético, con una vida útil de hasta 2 años.
  • Levadura líquida: Usar en un corto período y conservar en frío.
  • Evitar contacto con la sal directamente, ya que inhibe su actividad.
  • No disolver en agua caliente para no matar los microorganismos.
  • Mantener en condiciones secas para evitar su deterioro prematuro.

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